jueves, 22 de julio de 2010

Bienvenidos a Asburton, el pueblo fantasma.

Casi dos meses ya pasaron desde que dejamos el Monte.
Aterrizamos en Christchurch los primeros días de Junio, ciudad nueva, vida nueva, backpacker nuevo. Pero como no podía ser de otra manera, nuestra característica mala suerte nos condujo a un hostel plagado de asiáticos nada buena onda y cuyos gustos culinarios significaban una amenaza a nuestro olfato.
La tortura china (cuack) duró sólo una semana, hasta que nos cambiamos a otro hostel con mejor onda, habitación y baño para nosotras y a escasos dos pasos del centro.
La búsqueda laboral se hizo ardua y las ofertas de trabajo tardaron en llegar.
Entre tanto, nos dedicamos a recorrer la ciudad de Christchurch y alrededores como Riccarton o Lyttleton. Por lo que nos decían en restaurantes y bares, la temporada fuerte turística no había empezado y a eso se debía la escasez de trabajo.

Finalmente, las cuatro (con Joe, una amiga chilena que se nos sumó en el Monte) conseguimos algo como para aguantar nuestra estadía en la ciudad de las catedrales pero que no nos resultó demasiado rentable como para nuestra política de ahorro.
Así es como ahora estamos transmitiendo en vivo desde Ashburton, un pueblito ubicado más o menos a una hora al sur de Christchurch. Tiene una avenida, dos calles y mucho verde, justo lo que necesitabamos para equilibrar nuestras finanzas. Ningún shopping ni mucha actividad nocturna.... como para cuidar el bolsillo.

Me faltaba mencionar que para llegar hasta acá, necesitábamos un transporte.... así que adquirimos a "La Joshita", nuestro nuevo vehículo, un Ford Telstar del 84... color dorado.
El fierrazo nos costó la módica suma de $600 dólares kiwis y sólo rogamos al Dios de los autos horribles que no nos deje a pata como La Chancha.

En cuanto a nuestro nuevo hogar, vinimos a parar a la casa de Barry, un kiwi misterioso de 48 años que según sabemos se acaba de separar y en la división de bienes le tocaron 12 gallinas y un perro del demonio, Benji. En otra de las habitaciones de la casa vive Ema, una kiwi de 18 que nació en Hamilton pero que no emite muchos comentarios, ni trabaja, ni estudia.

Tampoco fue casualidad haber elegido Ashburton como nuestra base invernal, sino que cuando todavía vivíamos en Christchurch, nos pusimos en contacto con una agencia de empleo de acá que estaba reclutando gente para una packhouse próxima a abrirse. Así fue como arrancamos a trabajar en Van Zanten, en el pueblo de Rakaia (a 25 m. más o menos de acá). La empresa se dedica a la selección y empaquetado de bulbos de una flor llamada lilium (o algo así) y nuestra posición se encuentra en el cleanning belt que sería algo así como despojar a los bulbitos de raíces malas y otras cosas horribles.

Aunque el placer de realizar tan delicada tarea duró poco para mí (Naty) debido a un accidente que sufrí el domingo que pasó. Me caí haciendo snowboarding en Mount Hutt (un centro de ski cercano) y me fracturé la muñeca derecha. Lo que da como resultado nada más y nada mebos que 5 semanas de yeso. Por la asistencia médica ni tuve que preocuparme ya que como trabajé y pagué impuestos, todos los accidentes están cubiertos por un organismo que existe acá en Nueva Zelanda, el ACC (que vendría a ser una especie de ART neocelandesa). Incluso, el mismo organismo se haría cargo de mi licencia mientras siga imposibilitada para trabajar...((esperemos))

Sin más novedades por el momento, un saludo para todos los que me conocen...